Ya han pasado dos semanas del Ironman y aun lo recuerdo y me sigue dando ese “nosequé” en el pecho. Y no creo que se me pase nunca. Os lo voy a intentar trasladar…

Mi primer Ironman, con todo lo que ello conlleva. Nunca he hecho nada parecido, detrás de las 7 horas de ejercicio no sé cómo reaccionará mi cuerpo y, además, en un lugar totalmente desconocido. Con todo y con ello, mi hermano René y yo nos presentamos en Calella a darlo todo.

Fue pisar Calella y ya se respira aire triatlón, aire IRONMAN. Lo primero que me sorprendió (y que confirmé con los datos a posteriori) es que solo había un 15% de españoles. También destacar la gran organización: buena expo montada, recogida de dorsales y check-in de bici bien organizada y sin colas, buen breafing… en resumen, de 10.

Y llegó el día.

Natación

Es de noche aun y ya estás en la línea de salida. Más de 2500 triatletas. Aparecen los primeros rayos de sol y salen los PRO. Pelos de punta bajo el neopreno, nervios y ganas de salir.
Salida con Rolling swim y colocados por tiempo estimado que vas a hacer. Salgo y pronto veo que este tipo de salida es una gran idea, sin agobios, con espacios y, para los modestos nadadores, nadie te pasa por encima. Solo pienso en ir tranquilo, queda mucho, y dosificando. Sé que no es mi terreno y tengo que guardar fuerzas. Llego en 1:18, mejor de lo esperado sin mareos ni fatiga.

Ciclismo

2 vueltas y media sobre un terreno llano.
Me encuentro muy bien y empiezo de menos a más. Terreno muy fácil y a alta velocidad, aunque a veces me encuentro tráfico y gente poco educada que aprovecha el drafting… no entiendo este tipo de cosas…


Empiezo la segunda vuelta y ya empiezo a subir la velocidad… muy cómodo comiendo a tiempo sin pasarme de punto.
La última media vuelta voy más pensando en la maratón que en la bici, ritmo más bajo.


Digna mención la curva de entrada a Calella, donde el ambiente y la animación da más fuerza que cualquier gel.
Termino en 5:30 muy entero y con energía.

Carrera a pie

Empieza la frontera psicológica de las 7 horas. Empiezo corriendo a buen ritmo, entre 5 y 5:20. Cómodo sin forzar, disfrutando el ambiente. Gente desconocida gritando tu nombre que hace llevarte en volandas, increíble.
Y empieza mi infierno.
A partir del km 9-10 noto unos dolores en el estómago que hacen que casi no pueda mantenerme recto. “-TENGO QUE TERMINAR”, me decía continuamente.


Lluvia, dolores, trote… así durante 30 km
Finalmente llega el 42… pisas la alfombra… los dolores se van y sientes la felicidad plena mientras una voz en off dice las palabras mágicas que había soñado desde que empecé en esto del triatlon:

-RUBÉN, YOU ARE AN IRONMAN

Terminé en 12:02, era mi tiempo estimado… Pero sabiendo que podría haberlo hecho mucho mejor… y lo haré, no sé aun donde ni cuando… pero lo que sé seguro es que LO HARÉ.

Tenorious